Texto curatorial de Artes Visuales UNIACC en Feria Ch.ACO
Centro Cultural Estación Mapocho, Santiago, septiembre 2011
Al hacer un recorrido por la escuela de Artes Visuales de UNIACC, es pertinente destacar la existencia de trabajos relacionados a temas como la identidad, la biografía, lo familiar, el género y el espacio privado. Este lugar común se hace aun más evidente en la producción de obra, cuando el cuerpo se transforma en una herramienta y en un fundamental medio de trabajo. La práctica, que alguna vez escuché llamada como una tendencia a “mirarse el ombligo” -denominación que en este caso, podría ser literal- instala la pregunta sobre el porqué de esta proximidad al espacio corporal, a la que es posible responder en forma anticipada, usando como argumento la accesibilidad y las cualidades expresivas y conceptuales que ofrece el cuerpo, como elemento sobre-significado culturalmente.
Por otro lado, la cercanía que los artistas de esta escuela mantienen con las nuevas tecnologías, establece un patrón común en sus sistemas de trabajo, en donde cada proyecto generalmente, quizás siempre, es iniciado a través de una cámara fotográfica, u otro medio de registro y digitalización. Por tanto, podemos inferir que toda obra en su proceso de creación, ha de pasar por la pantalla, constituyendo una dinámica de trabajo “limpia”, en donde las destrezas están vinculadas mayormente al manejo de aparatos, como el computador y sus determinados programas, y un tanto más familiarizadas con el espacio bidimensional.
Considerando estos antecedentes, y asumiendo las características del formato expositivo, esta curatoría hace una selección de artistas que han trabajado con temáticas que relacionan lo personal, la historia familiar, la formación de una identidad, el cuestionamiento de lo femenino, la exposición del espacio doméstico y sus intimidades. Siempre a través de un cuerpo capturado en el rectángulo de la pantalla, un plano que se encarga de simular sus volúmenes, un cuerpo cuyo espacio no es físico, si no virtual, y cuya temporalidad desconocemos. El módulo táctil, en este caso, brinda la interacción con este nuevo cuerpo -el cuerpo del siglo XXI, posiblemente- y se encarga de relatar problemáticas que tendrán siempre el computador y sus pantallas como mediadores.
Andrea González
Curadora
Artistas: Manuel Bruit – Marianne Dinamarca – Hernán Ariel – Marla Michell – Sara Jiménez – Carolina Paz Muñoz – Camila Peña – Francisco Belarmino
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